El agua, que cubre el 71 por ciento de la superficie terrestre, le otorga a nuestro planeta ese distintivo tono azul perceptible desde el espacio. Sin embargo, a pesar de toda esa agua, la cantidad disponible para el uso humano es sorprendentemente poca.
La mayor parte del agua que usamos se va al cultivo de nuestro alimento: el riego se lleva unos dos tercios de toda el agua que consumimos. Las actividades industriales y económicas consumen poco menos de un tercio. El chorrito que queda — equivalente a un cinco por ciento del total — abarca todos los usos domésticos comunes, la mayoría de baja calidad, como regar el césped o tirar la cadena del baño.
Durante los últimos 70 años, la cantidad de seres humanos se ha triplicado, pero nuestra sed de agua se ha sextuplicado. Para sostener este ritmo hemos desviado ríos, explotado lagos y bombeado acuíferos. Actualmente se están usando todas las mejores y más baratas fuentes de agua. En algunas regiones nos estamos acercando a los límites: en el Medio Oriente, el 58 por ciento de toda el agua dulce razonablemente disponible ya se está extrayendo. En Europa del Este, esa cifra llega al 41 por ciento. Si bien las estrategias para aumentar el abastecimiento de agua mediante la desalinización del agua de mar o el transporte de grandes volúmenes por acueductos o tanqueros son técnicamente factibles, no son ni baratas ni fáciles, y es probable que tengan un costo ecológico y político demasiado alto.
El abastecimiento es sólo una parte de la crisis del agua que se agudiza día a día. La calidad del agua representa una amenaza similar ara un número cada vez mayor de personas. El crecimiento de la población, la industrialización y la urbanización no sólo están agotando las reservas de los lagos, ríos y acuíferos, sino que además los están contaminando. Ya hay más de mil millones de personas que carecen de acceso al agua potable segura; 3 mil millones que no tienen acceso a sistemas básicos de alcantarillado. Para millones, el agua, fuente de vida, se ha convertido en una amenaza mortal. Las enfermedades relacionadas con el agua y saneamiento le arrebatarán a muchos la salud y un futuro productivo.
Entonces, ¿qué opciones tenemos? La respuesta es más fácil de lo que parece: debemos manejar mejor el agua con que contamos ahora. Los enfoques anteriores, apoyados con entusiasmo por bancos y organismos de desarrollo, favorecían proyectos de gran envergadura y con empleo intensivo de capital, que si bien es cierto llevaron agua a muchos hogares y granjas, en su mayoría no llegaron a concretar lo que prometían. Los resultados de treinta años de investigación aplicada apoyada por el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo ofrecen un nuevo enfoque a los esfuerzos mundiales por frenar la demanda del agua y mitigar la pobreza: el manejo del agua a nivel local. Es a este nivel donde se dejan sentir más agudamente los efectos de la escasez y es aquí donde se deben implementar las soluciones. Como lo demuestran los ejemplos que siguen, algunas de las respuestas más eficaces frente a la escasez de agua ya se están aplicando en hogares, campos agrícolas, pueblos y vecindarios urbanos en todo el mundo en desarrollo. Si queremos continuar e incluso ampliar estos esfuerzos, la gente de las localidades va a necesitar el apoyo permanente de su gobierno respectivo. En algunos casos esto implicará delegar poder en la toma de decisiones sobre las opciones a seguir y las técnicas a utilizar.
CONSEJOS PARA AHORRAR AGUA.
-Conviene tener presente que el agua dulce, apta para ser potabilizada es, en general, un recurso escaso en la naturaleza y debe usarse racional y moderadamente, sin derrocharla, pensando en el futuro.
-Hacer llegar agua potable a nuestras viviendas es un procedimiento relativamente costoso. El agua debe ser captada en fuentes a veces lejanas, tratada con productos químicos para su potabilización ( o sea su purificación hasta que resulte apta para el consumo humano), filtrada, almacenada y distribuida por cañerías a los domicilios.
-Colocá dos botellas llenas dentro de la cisterna y ahorrarás de 2 a 4 litros cada vez que la uses.
-No emplees el inodoro como papelera.
-Si durante el lavado de los dientes sólo mojamos el cepillo al iniciarlo y lo enjuagamos al finalizar ahorraremos unos 15 litros de agua por cada higiene bucal.
-Al afeitarse, si llenamos la pileta con unos 3 litros de agua y cerramos la canilla, ahorraremos unos 50 litros por cada afeitada.
-Duchate en vez de bañarte, ahorrarás 150 l.
-Arreglá con urgencia las roturas de canillas y cañerías. Una canilla que gotea pierde 30 litros diarios.
-Escogé plantas autóctonas para tu jardín, consumen menos agua y dan mucho menos trabajo que las plantas exóticas, además no exigen el uso de productos químicos para su mantenimiento.
-Regá las plantas en la mañana muy temprano, o en la tarde poco antes de que se meta el Sol, y sólo cuando sea necesario.
Me despido, amigos. aguardando por el nuevo año para que por fin empezemos a tomar conciencia. sigue estos consejos y expandelos en tu circulo de amigos y familia, no sabes cuanto estaras haciendo!
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